jueves, 23 de agosto de 2012

Criadas, esclavas y otras mamandurrias peperianas

Despedida la jefa de limpieza de la Delegación del Gobierno en Andalucía por negarse a ser la sirvienta de la Delegada
"Me dijeron: 'Si no acatas las órdenes, seguirás el camino de la lista de parados de este país"
Es la historia de Margarita Vilches, hasta hace poco la encargada del equipo de limpieza de las oficinas de la Delegación del Gobierno central de Andalucía. Margarita posee un amplio y reconocido curriculum profesional en las empresas del sector de la limpieza, tanto de organismos oficiales como de compañías privadas. Su trabajo sin denuedo y eficaz le llevó en siete años a pasar de ser simple limpiadora a ser la encargada del equipo de siete profesionales responsables de la limpieza del amplio edificio sevillano de la Subdelegación del Gobierno en Andalucía. Son muchas oficinas y grandes pabellones utilizados como vivienda de la Delegada, actualmente Carmen Crespo del PP, y con anterioridad con inquilinos socialistas.
Sin problemas durante la etapa socialista
Todo marchó bien para Margarita con los dos últimos Delegados del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. Ella y su grupo de trabajadoras cumplían bien con su trabajo y los responsables políticos se limitaban a exigir su cometido laboral y los servicios que el pliego de condiciones demandaba a la empresa de servicios para la que ésta trabajaba. “Nada que objetar de los anteriores Subdelegados. Nosotras cumplíamos exactamente nuestro cometido consistente en mantener limpios los edificios. Un trabajo en buena armonía”, afirma Margarita.

La Delegada del PP y sus dos asesoras 
Los problemas vinieron cuando el Consejo de Ministros que preside Mariano Rajoy nombra a Carmen Crespo como nueva Delegada del Gobierno en Andalucía. Todo un trabajo intachable y una experiencia laboral ejemplar comienzan a derrumbarse al incorporar Crespo a la sede de la Delegación en Sevilla a dos asesoras procedentes de Adra, ayuntamiento este que ella había presidido durante las dos últmas legislaturas. Margarita asegura a ELPLURAL.COM que una de las dos asesoras de la Delegada le hace desde el primer momento la vida imposible. Ambas asesoras, “colegas” de Carmen Crespo, provenían del ámbito político de confianza de ésta. De hecho, al trasladarse a Sevilla, se instalan a vivir en el mismo pabellón de la Delegada de Gobierno. Y ahí empiezan los problemas para Margarita, que se encuentra con la inquina y soberbia personal de una de las asesoras, Mila Parrilla Bogas. La razón del enfrentamiento, las exigencias prepotentes y autoritarias que esta mujer plantea a Margarita.

Poder, prepotencia y altanería
Según ha podido conocer ELPLURAL.COM de fuentes solventes, la asesora de la Delegada, Mila Parrilla, formaba parte de lo que en Adra llamaban “el filtro” de la tercera planta de la alcaldía cuando Crespo era la regidora del municipio almeriense. Allí Parrilla, que entró a trabajar “por la puerta falsa”, ejercía las labores que se podrían considerar como de jefa de Gabinete y secretaria personal de la alcaldesa Crespo. “Formaba equipo con el marido de la alcaldesa y hacía y deshacía a su antojo”. Ese poder lo trasladó a Sevilla cuando es designada asesora de la actual Delegada de Gobierno. En la Delegación y según nuestras fuentes informantes “nada se mueve sin el consentimiento de Mila Parrillas; todo pasa por ella”.

Exigencias serviles
Margarita Vilches llevaba contratada siete años, desde 2005, por la empresa de limpieza adjudicataria del servicio. Ocupaba el puesto de encargada de un equipo de limpiadoras. En laTorre Sur del edificio de la Delegación del Gobierno en la Plaza de España de Sevilla se halla la vivienda oficial de la Delegada. Esa vivienda la mantiene la empresa de limpieza. Como anteriormente se mencionaba a las dos asesoras de la delegada también se les autorizó para fijar allí su residencia junto a la Delegada de Gobierno, Carmen Crespo. Al fin y al cabo además de asesoras son “colegas”.

Asesoras y “colegas”

Los problemas surgen cuando Mila Parrillas le exige a Margarita Vilches que destine a una de las limpiadoras como asistenta para tareas impropias de su cometido, es decir, además de limpiar el edificio oficial debería cocinarles, plancharles, hacerles las compras… En definitiva todo una labor de servicio doméstico abonado con fondos públicos y que no se se recogía en el contrato que la Delegación mantiene con la empresa de limpieza. En el pliego de condiciones de dicho contrato las labores a realizar son las propias de mantenimiento de la vivienda, limpieza de mobiliario, suelo, baños, etc… Margarita Vilches, como encargada del servicio, se niega a destinar a una limpiadora a esas tareas personales y más propias de empleadas domésticas.

Amenazas por no acatar las irregularidades
Tras una fuerte discusión por este asunto entre Vilches y la asesora Parrilla, la encargada de la limpieza le dice que ella no subiría a la vivienda de la delegada y de las asesoras y que se desvincula de esta decisión por ser irregular. La contestación y amenaza de la asesora de la Delegada a Margarita Vilches son bien demostrativas de sus intenciones futuras: “De no acatar la orden, seguirás el camino de la lista de parados de este país“. A partir de ese momento según Margarita, se la amenazó con el despido si no se quedaba callada y hacía la vista gorda. Ahí comenzó su suplicio. Y el tiempo demostró que no la amenazaban en balde. Según la ex encargada de limpieza de la Delegación de Gobierno, desde ese momento le hicieron “la vida imposible”. Además se les prometió a tres de las limpiadoras “subirles el salario y las horas si conseguían que la echasen. Me desprestigiaron, hablaron cosas de mí que me dejaron muy tocada”.

Despedida
En Mayo de 2012 se adjudicó el contrato a una nueva empresa de limpieza, en este caso procedente de Valencia. Un mes después Margarita Vilches es despedida tras siete años de trabajo. Antes el ambiente creado fue de intoxicaciones y mentiras contra ella. Cree que a esta nueva empresa adjudicataria se le ordenó su despido como así fue. Revela que a cambio de ello y de que una limpiadora asumiese las labores de empleada del hogar de la Delegada de Gobierno y su dos colegas asesoras, la empresa no está cumpliendo con el contrato firmado y se hace la vista gorda con todo. Como la justificación para echarla fue de que la empresa no era rentable, a la empresa ahora se le han modificado las horas que debe de trabajar, en concreto de 301 a 337, algo que a la anterior empresa que no se presentó por las leoninas condiciones previas no se le comunicó.

Juicios y denuncias
Tras el despido Margarita denunció su caso a la Inspección de Trabajo donde se limitaron a decirle que todo estaba en regla lo que atribuye al corporativismo. También denunció en el Juzgado de lo Social, estando a la espera aún de que al menos le abonen su despido. El juicio abierto por su despido va lento por la ncomparecencia de la parte demandada. Pidió visita a la propia Delegada sin recibir contestación aunque asegura Margarita que “al noventa ciento” Carmen Crespo conoce los detalles del asunto. Su lucha ha continuado ante el Defensor del Pueblo Andaluz al que ha pedido ayuda y éste ha admitido la queja aunque incomprensiblemente el Defensor no recibe respuesta por parte de la Delegación. Por las afinidades políticas entre la Delegada de Gobierno, Carmen Crespo y el alcalde de Sevilla y presidente del PP andaluz, Juan Ignacio Zoido, Margarita le ha pedido en dos ocasiones ser recibida pero a día de hoy tampoco ha recibido respuesta. De la nueva empresa adjudicataria que la despidió solo ha recibido esta escueta respuesta de su delegado en Andalucía: “Contigo lo tenemos muy difícil porque temen tenerte aquí”.

Llamadas y mensajes amenazantes
Pero su particular via crucis no terminó ahí. Margarita Vilches ha revelado a ELPLURAL.COM que se ha visto obligada a denunciar unas sospechosas llamadas y mensajes que ha recibido en tono amenazante. Desde lo ocurrido se halla en tratamiento psiquiátrico y no puede abandonarlo. Se encuentra en una situación muy complicada pues es madre de tres hijos y desde esto “no levanto cabeza”. Nos repite que su “situación es muy desesperada y que es muy injusto que nadie haga nada por impedir que esta señora se crea Dios”. Margarita pide ayuda para que “salga a la luz todo esto y se me escuche al menos”.

“La soberbia de una señora”
Esta es la crónica de una realidad. No son invenciones ni elucubraciones. Hay datos, documentos, material que lo avala y personas que dan la cara y respaldan lo denunciado. Todo, como dice Margarita, “por la soberbia de una señora”. Una señora que además es “colega” y asesora de la Delegada de Gobierno. ¿Que clase de asesoramiento sin rostro humano se puede esperar de ella conocidos los hechos?